Escribo desde el aeropuerto de Bristol, esperando a coger un vuelo a Mallorca. He tenido que sacar el ordenador y ponerme a escribir, estaba demasiado inspirara, ¡y eso no ocurre siempre!
Viernes 11 Abril:
Me acabo de sentar en el Frankie & Benny’s del aeropuerto, un diner estilo americano que siempre había querido probar. Acabo de zamparme unas tortitas con nata y sirope entre pecho y espalda.
¿Mañana tengo una boda en Mallorca? Afirmativo.
¿Que tengo que llevar un vestido ceñido? Correcto.
¿Que a lo mejor un huevos revueltos con aguacate hubiesen sido mejor opción si quiero lucir divine y jugármela y que se me quede una buena panza hinchada? También es correcto.
Pero es que además, sin sentirme nada culpable, me estoy tomando un batido extra de chocolate con nata montada por encima.
¡Y no pasa nada! Todas estas calorías van directas al corazón, ¡y nadie va a convencerme de lo contrario!
Este post ha adelantado por la derecha a un texto que llevaba trabajando desde hace algo más de una semana, desde que os anuncié que me mudaba. Sin embargo, cada vez que me siento delante del ordenador a tratar de terminarlo, lo releo, me entran las dudas, y siento que no consigo expresar lo que quiero. Un bloqueo de escritora del bueno, podría decirse.
He estado enfurruñada y frustrada conmigo misma durante todo este tiempo, porque en realidad estoy deseando lanzarlo. Esa newsletter no solo habla sobre el proceso de la mudanza a Belfast, sino también del sentido de la despedida, de cómo afrontamos un adiós y todo lo que nos remueve cerrar una etapa. Como cuando acabamos un libro que nos ha gustado mucho y es el momento de devolverlo a la estantería… y coger uno nuevo sin saber si nos gustará o no.
Sé que llegará, y que encontraré las palabras para compartirlo más pronto que tarde. In the meantime, he decidido empezar por escribir el siguiente capítulo. ¿No os pasa nunca que, bloqueadas en un párrafo, saltáis al siguiente para probar suerte? ¡Y muchas veces funciona!
Después de todo, siento que comienza lo bueno: un periodo de relax. Volver a España siempre me ayuda a recargar las pilas, y lo necesito urgentemente. El proceso de mudanza y adaptación a Belfast ha sido rápido y un poco estresante, pero no hay nada que una torrija de mi madre no arregle en cuanto llegue a Madrid.
But first: pit stop en Mallorca.
Una de mis mejores amigas se casa. Es la primera del grupo de tres, las que llevamos juntas desde toda la vida. Desde la época del babi.
Todo apuntaba a que una boda en Mallorca en abril traería un poco de sol, pero veo que España lleva unas cuantas semanas pasada por agua, mientras que los Brits hemos tenido 20 grados y tres semanas seguidas de sol. Una locura.
Bristol es el nuevo Benidorm.
Eso sí, el sol ilumina… pero no pone morena. ¡Y amiga! Una no puede ir a una boda en Mallorca blanca como la leche. Así que, una vez más, he tenido que recurrir a mi bronceador de confianza (St. Moriz), que siempre me ha dejado la piel genial.
Pero… ¡drama!
Ese bote lleva rondando mi casa algo más de un año, y no sé si es porque ya es un bronceador añejo, pero cuando fui a quitarme el exceso, Luigi me dijo que estaba un poco cheeto. ¡Parecía una británica de bote naranja!
Jamás me había exfoliado tanto la cara, con tal de quitarme el color.
¿Lo he solucionado? Bueno… ya no soy naranja, pero tampoco tengo ese tono tan natural que dejaba el bronceador antes de (¿caducar?).
Os dejo aquí el outfit final, totalmente improvisado un día antes de coger el vuelo a Mallorca 😅
Gracias Mango por salvarme la vida fuera de España 🫶🏼
Si leíste mi post sobre Salamanca, sabrás que una de las cosas que me enamoraron de los Cotswolds fue su arquitectura: texturas, colores, decoración… Pero, sin duda, uno de los estilos que más me gustan es el mallorquín.
La realidad es que ambos estilos guardan muchas similitudes: el uso de utensilios rurales integrados en la decoración del día a día, los colores calizos combinados con tonos pastel, y la presencia indispensable de vegetación —más olivácea en el entorno mallorquín, y de un verde brillante en Gran Bretaña.
Os dejo algunas imágenes del hotel donde nos hospedamos: Hotel Rural Predi Son Jaumell, en Capdepera. No puedo dejar de recomendároslo. Disfrutaréis de un entorno precioso, donde podéis pasear entre su propio viñedo y olivar. La decoración es preciosa, fiel al estilo mallorquín, y el personal, encantador.
Cerca encontraréis las calas Mesquida y Agulla, dos rincones auténticos del paisaje mallorquín.

Aunque haya dejado atrás mis queridos Cotswolds, no puedo resistirme a recomendar mis lugares favoritos, así que esta sección sigue en pie.
Hoy os traigo mis cafeterías favoritas de Clifton Village, que no puedo echar más de menos ahora que nos hemos mudado.
Catley’s
El Catley’s es una de las mejores pastelerías de Clifton. Aunque pueda parecer un local relativamente pequeño, te sorprenderá con un pequeño patio inglés en su interior, un lugar súper cozy para trabajar con el portátil o leer tranquilamente.
Me encanta su logotipo: un globo aerostático en forma de croissant; un guiño a la ciudad de Bristol y a lo que es: una cafetería con mucho encanto.
East Village
Esta puede ser, sin duda, mi cafetería favorita en general. Aunque todos los dulces son veganos, son los más ricos que he probado nunca. Prueba sus croissants de almendra o sus cinnamon rolls, dos de sus productos estrella.
Además, tiene una de las tiendas más bonitas de todo el Village, con elementos de decoración, joyitas y accesorios preciosos.
Puedes aprovechar y sentarte bajo el túnel que lleva a Victoria Square, incluso un día de lluvia.
Mercy Mercy Mercy
Esta cafetería tan icónica del Village tiene una gran ventaja frente al resto: cierra una hora más tarde, hasta las 18:00.
Jamás he conseguido acostumbrarme a que las cafeterías cierren tan pronto (entre las 16:00 y las 17:00), así que Mercy Mercy Mercy nos ha salvado más de una vez a los españoles que nos tomamos el café “tarde”.
También te la recomiendo para hacer brunch un sábado o domingo por la mañana, cuando más ambiente hay por la zona.
Y con esto cerramos esta newsletter que tenía tantas ganas de compartir con vosotros.
Gracias por acompañarme en este viaje, literal y figurado. A veces las palabras no salen cuando queremos, pero otras se escapan solas mientras esperamos un vuelo o nos tomamos un café mirando por la ventana. Supongo que de eso va también todo esto: de seguir escribiendo, aunque sea a saltos, y de dejar que la vida (y los emails) fluyan igual que las despedidas y los nuevos comienzos.
PD: Este nuevo formato por secciones esta abierto a cambios y sugerencias, así que no dudes dejarme tu comentario 😉.
Nos leemos pronto,
Maca
Me encantó el nuevo formato con secciones. Los encabezados son preciosos.
Bienvenida a la buena vida aunque por aquí como dices estamos pasados por agua!! Ese batido ha tenido que saber a gloria seguro, pintaza !!✨
Sigue escribiendo y escribiendo, seguro que ese bloqueo se disipa poco a poco, y a nosotros nos encanta leerte ☺️ Por cierto me apunto todo ese súper lookazo sponsored by mango ✨
Yo también usaba los de St. Mortiz, pero he descubierto este año uno muy guay : Tanologist, en mi último post tiene el tono y enlace por si te animas 🩷